Un día.

Un día como cualquier otro, desperté y entendí algunas cosas... 

Que para obtener lo que quieres hay que trabajar.

Que nada cae del cielo al menos que sean gotas de lluvia.
Que nada pasa por que si, que todo tiene su razón de ser.
Que no todo es como queremos pero a final nos toca aceptar.

Que todo llega al que sabe esperar, pero si buscas eso algo de seguro también lo tendrás.

Que realmente querer es poder siempre y cuando quieras de verdad.
Que es mejor vivirse el momento, la compañía, vivirse ese tiempo que pasa.
Que hoy estoy escribiendo esto pero mañana nadie sabe.

Que el pasado es ayer y que no vale la pena recordarlo ni tenerlo presente, a fin de cuentas ya no esta...


Que la vida es una, que cuando ya no este no me llevare nada, nada material.

Que antes de desistir o rendirse, tengo que intentar, tenemos que intentar.
Que las cosas no siempre pasan de ya para ya... En ocasiones las cosas tardan, pero al final cuando eso llegue tenemos que procurar disfrutarnos todo el proceso, que las cosas malas me motivan mas y las buenas me impulsan a seguir.

Que las sonrisas son medicinas que no venden en las farmacias y que no todos los doctores recetan. Aprendí que en esta vida más que otras cosas, solo nos queda vivir.


Aquella noche, sali teniendo en mente tomarme un buen vino, no tome vino pero me viví un excelente momento.

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